Los distritos son unidades político-administrativas que constan de un municipio al cual se le encarga la prestación de un conjunto de servicios públicos locales tales como la limpieza, seguridad ciudadana y ordenamiento del espacio público. Cuentan además con facultades normativas y sancionadoras. Para el cumplimiento de estas y otras funciones, las municipalidades distritales recaudan tributos, cobran tasas y contribuciones así como reciben transferencias.
Dado que el cumplimiento de estas funciones irroga costos a los vecinos y contribuyentes, la creación de un distrito debe cumplir con requisitos mínimos que justifiquen la necesidad de crear una nueva estructura de gobierno. Según el Reglamento de la Ley de Demarcación Territorial, existen límites definidos por la demografía, geografía y características socio-económicas de la zona, que deben respetarse a efectos de crear un nuevo distrito. No obstante ello, desde diciembre del año pasado, el Congreso de la República ha creado 11 nuevos distritos, a pesar de que estos no cumplen los requerimientos mínimos establecidos por la normativa. Pese a que, en su momento, cada uno de estos proyectos fue observado por el Poder Ejecutivo, fueron finalmente aprobados por insistencia por el Congreso.
El aumento inusual en la creación de distritos se ha convertido en una característica de los contextos preelectorales en el Perú. Entre el 2015 y julio de 2016, por ejemplo, se aprobó la creación de 21 distritos. Las regiones que concentran la mayor cantidad de distritos aprobados, desde esos años hasta hoy, son Ayacucho (8), Huánuco (7) Huancavelica (5) y Cuzco (3).
La creación de distritos, sin una adecuada justificación técnica, tiene el efecto de engrosar el tamaño del aparato estatal sin que ello necesariamente se traduzca en más o mejores servicios. Tiene además como consecuencia inevitable, el aumento de la recaudación necesaria para financiar este crecimiento del aparato administrativo. Una rápida mirada a los ingresos de los municipios creados en el último quinquenio; nos muestra que durante el 2020, estos dependieron sustancialmente de las transferencias provenientes del Fondo de Compensación Municipal (FCM) y que tienen una escasa capacidad de generación de recursos a través de la recaudación directa. La creación de nuevas jurisdicciones diluye la distribución de recursos que alimentan el FCM como el impuesto de promoción municipal o al rodaje, entre otros. Por el lado de los egresos, se puede apreciar salvo excepciones muy puntuales, que estos tienden a concentrarse en gasto corriente: planilla, contratación de servicios profesionales y técnicos así como contratos CAS.
El crecimiento en el número distritos creados por el Congreso de la República (el mismo que suma 32 desde el 2015), sin que estos se ajusten a los parámetros exigidos por las normas vigentes es un tema que deberá ser tratado por el próximo gobierno, estableciendo candados adicionales para su creación y que aseguren la correspondencia entre el número de jurisdicciones y las demandas por servicios públicos por parte de los ciudadanos.