Artículosjunio 11, 2021por 0El BCRP y el manejo de su hoja de balance

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La pandemia del covid-19 y las medidas que se tomaron para su contención tuvieron un impacto significativo en la economía global y local. Lo que generó circunstancias excepcionales que instaron a los distintos gobiernos alrededor del mundo a actuar rápido haciendo lo que sea necesario, tanto en materia fiscal como monetaria.

La magnitud del choque fue tal que, en el caso de la política monetaria, condujo a distintos bancos centrales a implementar políticas no convencionales. Más allá de reducir sus tasas de referencia a su límite inferior, intervenir en los mercados de divisas y recortar los requisitos de reservas por encaje, algunos ejecutaron la llamada flexibilización cuantitativa (conocida como QE) comprando activos del sector público o privado.

En el caso del BCRP, entre las medidas no convencionales para mitigar los efectos de la crisis del covid-19, destacan el programa Reactiva Perú y la comunicación anticipada de su política monetaria. El primero es una suerte QE, realizado a través de repos, que inyectó aprox. S/ 52 mil millones, cerca del 7% del PBI de 2020. Ambas medidas, de acuerdo con Florián y Morales (2021), habrían evitado que la contracción del PBI de 2020 se ubique 5.5 puntos porcentuales por debajo de su tasa observada.

Si bien actualmente la economía peruana se encuentra saliendo de la crisis del covid-19 a un ritmo mejor de lo esperado y el rol principal para que esto continúe lo debe tomar la política fiscal, recientemente el BCRP ha anunciado que comprará bonos soberanos en el mercado secundario (un instrumento poco usado y limitado legalmente).

En el marco de su independencia, la Ley Orgánica del BCRP establece un límite a la compra de bonos soberanos en el mercado secundario de 5% del saldo de la base monetaria del cierre del año anterior (aprox. máx. US$ 1,000 millones). Pese a su limitación, se espera que atenúe la presión al alza de los rendimientos de los bonos soberanos, sobre todo en el tramo medio y largo de la curva del Tesoro, e inyecte liquidez en la economía.

La presencia de expectativas de inflación ancladas en niveles bajos y la credibilidad que se ha forjado el BCRP, le permiten llevar a cabo este tipo de medidas poco usuales. Esta vez, para lidiar con la salida de capitales y el consecuente aumento del costo de financiamiento, producto de la elevada incertidumbre política electoral.

La sostenibilidad e incorporación de este y otros instrumentos al conjunto habitual de herramientas de política monetaria dependerá de que se mantenga la independencia del BCRP, sobre todo en el próximo gobierno. Ello será clave para hacer frente a mayores retiros de AFP (como se hizo en 2020 a través de repos) y la eventual reversión de la política monetaria del Fed. Ambos eventos, presionarían los costos financiamiento al alza.

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