Eduardo Jiménez, Jefe del Sistema de Información de Macroconsult
La economía peruana ha venido sorprendiendo por lo dinámico de su recuperación, al punto que se estima que para el cierre de 2021 habrá crecido alrededor de 13.5%, un 1% por encima de su nivel prepandemia (2019). Es decir, más que recuperamos el nivel perdido durante la recesión del Gran Confinamiento de 2020 (-11%).
Resulta obvio preguntarse ¿cómo es que hemos llegado a este punto luego del fuerte choque recibido durante el año pasado y de la incertidumbre política de este? Hay varios factores. El primero de ellos, sin duda, es el programa Reactiva Perú, que inyectó alrededor de S/ 60 mil millones (casi 7% del PBI) muy pocas semanas después de iniciado el confinamiento. Este permitió que muchas empresas pueden tener la liquidez necesaria para mantenerse a flote y no eliminar puestos de trabajo. Un segundo factor es la subida del precio de los metales. El cobre, nuestro principal producto de exportación, rompió récords en sus cotizaciones durante el 2021 gracias a la acelerada recuperación de la economía global, en particular, la de China. Pero no solo eso. El promedio de su cotización durante este año es la más alta de la que se tenga registro (alrededor de US$ 4.2 la libra). Por tanto, el ingreso de recursos que viene por ese canal (el denominado efecto “términos de intercambio”) dinamiza el consumo, la inversión privada, y provee recursos al sector público.
El tercer factor tiene que ver con el monto de ahorros que las familias tuvieron a su disposición para hacer frente al choque. Aquí hay dos fuentes: los retiros de los fondos de las AFP y de la CTS (medidas populistas del anterior Congreso). Entre ambos suman a la fecha cerca de S/ 70 mil millones (casi 8% del PBI). Es decir, más que el programa Reactiva Perú. Los montos son tan grandes que las familias no solo tuvieron los recursos para hacer frente a la reducción temporal de sus ingresos, sino que también pudieron invertir en activos fijos: mejoramiento del hogar, compra de muebles, compra de viviendas, autoconstrucción, etc. Por ello, no debería sorprender el gran dinamismo que ha mostrado el sector construcción e industrias relacionadas, y el crédito hipotecario. El último factor es el de los bonos entregados por el gobierno. Durante este año el monto llegó a algo menos de S/ 9 mil millones (alrededor de 1% del PBI).
¿Cuánto de este impulso seguirá dando apoyo al crecimiento del 2022? Es probable que el precio de los metales siga alto el próximo año, pero el aporte de Reactiva, de los ahorros disponibles y de los bonos entregados iría perdiendo fuerza a medida que avance el año. Por tanto, será necesario dar incentivos a la inversión privada, reactivar proyectos paralizados y mantener el dinamismo de la inversión pública, para lo cual se necesita un shock positivo de gestión. De lo contrario, la demanda interna perderá todo su dinamismo.