Artículosjunio 3, 2022por 0La escasez de fertilizantes y crisis alimentaria

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Sandra Flores, Economista senior de Macroconsult

El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está generando impactos en la cadena de alimentos a nivel mundial. Rusia no solo es uno de los principales exportadores de combustibles y cereales, sino que a su vez es uno de los principales productores de fertilizantes del mundo, principal insumo en la cadena de alimentos.

Los precios de los fertilizantes se ha más que duplicado en todas partes del mundo. Situación que ha agravado la continuidad de los cultivos y, en consecuencia, la seguridad alimentaria de diversos países. De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, si la crisis bélica continúa, los niveles de inseguridad alimentaria en América Latina y El Caribe podrían volver a los puntos más álgidos que se observaron durante la pandemia de la COVID-19.

Como es de suponer, el Perú no está exento de esta crisis. De acuerdo con el documento “Panorama Nacional e internacional del mercado de fertilizantes inorgánicos”, preparado por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) en marzo de 2022, la mayoría de los fertilizantes que se utilizan en la agricultura peruana son de origen importado. En 2019, aproximadamente el 90% del total de abonos del Perú fueron de importación, siendo Rusia uno de los principales países de origen. En 2021, el 53% del total de fertilizantes importados provinieron de Rusia.

La guerra entre Rusia y Ucrania ha afectado severamente la oferta de fertilizantes en Perú. De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), en el primer trimestre de 2022, las importaciones de fertilizantes cayeron en 53%. Si bien el Perú ha venido sustituyendo las menores compras de Rusia con mayores importaciones de China (+440%), Estados Unidos (+357%) y Chile (+429%), tiene un déficit que pone en riesgo la campaña agrícola 2022 – 2023 que iniciará en agosto. La posible escasez de productos básicos como el arroz, el tomate, zanahoria, entre otros, generaría mayor presión en los precios, ya actualmente altos, y, por ende, pone en riesgo la alimentación de los hogares peruanos.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 15.5 millones de peruanos podrían verse afectados por esta crisis, por lo que se requiere que el Estado tome medidas al respecto. De acuerdo con el Midagri, el gobierno ha destinado un presupuesto de 348 millones de soles para la adquisición de fertilizantes a favor de los productores más vulnerables. Ha destinado un presupuesto de mil millones de soles para la compra de fertilizantes que aseguren la cobertura nacional agraria. De igual manera, el gobierno ha iniciado procesos de negociación de compra con Israel, Marruecos, Bolivia y otros países. Sin embargo, la preocupación de la crisis alimentaria que podría desatarse en el país no surge a raíz de la falta de dinero, sino a la disponibilidad del producto.

En este contexto, es necesario que el Gobierno agilice las negociaciones de compra de fertilizantes y que se inicien alianzas con actores del sector privado y organizaciones internacionales. De igual manera, es necesario que se eliminen las restricciones al comercio de alimentos y fertilizantes que algunos países han impuesto. Muchos países están imponiendo barreras comerciales como parte de su estrategia para proteger suministros; sin embargo, esto solo podría agravar la crisis mundial.

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