Según el Balance Nacional de Energía Útil de 2013, un hogar peruano para cocinar emplea el 70% de toda la energía que consume. Según la OMS, a 2018 solo el 80% de los hogares peruanos tenían acceso a combustibles y tecnologías de cocción limpia, mientras que en zonas rurales dicho porcentaje no superaba el 40%.
La Ley N° 29852 creó en 2012 el Fondo de Inclusión Social Energético (en adelante, FISE) como un esquema de compensación social energética y acceso universal a la energía. Uno de sus fines es promover el acceso al GLP y a una cocción moderna en hogares que a la fecha emplean combustibles sólidos ineficientes, contaminantes e insalubres.
En línea con el 7mo objetivo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante, ODS), al 2030 todos los hogares peruanos deberían cocinar y calentar con tecnologías o combustibles limpios[1]. ¿Cómo se ubica el Perú frente a sus pares respecto a dicho objetivo? ¿Qué factores explican el rápido avance del Perú en lo que va del s. XXI? ¿Qué ha hecho el FISE y qué puede mejorar para alcanzar dicho objetivo?
El acceso a una cocción limpia implica una de las siguientes facilidades: una cocina mejorada que incremente la eficiencia y reduzca la nocividad del combustible sólido[2] (principalmente, leña) o una tecnología y combustible moderno (cocina de GLP, gas natural o electricidad).
Un hogar peruano sin acceso a una cocción limpia padece la inhalación de humo en el interior de la vivienda que, según resultados de estudios revisados por la OMS, duplica el riesgo neumonía y otras infecciones agudas de las vías respiratorias.
A 2018, en dicha materia, el Perú continúa por debajo de sus pares latinoamericanos a nivel nacional, urbano y rural e incluso por debajo del promedio mundial a nivel rural. A pesar de que, en lo que va del s. XXI, el acceso a una cocción limpia en el Perú ha avanzado anualmente más de 1.5 puntos porcentuales.
Lo anterior se explica, en parte, por un efecto base. En 2000, Perú se encontraba por debajo de sus países vecinos y del promedio mundial a nivel nacional, urbano y rural. En zonas rurales, apenas el 5% de los hogares peruanos tenían acceso a una cocción limpia.
En contraste con países latinoamericanos y el resto del mundo, el Perú ha avanzado más rápido en el ámbito urbano que en el rural entre 2000 y 2018. Destaca el caso colombiano donde el acceso en zonas rurales ha pasado de 34% a 69% durante el mismo periodo.
En línea con la hipótesis Energy Ladder[1], una explicación parcial de que se haya casi duplicado el porcentaje de hogares peruanos con una cocción limpia entre 2000 y 2018 es que sus ingresos también se duplicaron durante el mismo periodo.
Según la literatura económica especializada[2], usualmente los hogares que no practican una cocción limpia son aquellos que no logran costear el combustible moderno, la cocina para usar dicho combustible o la mejora de su cocina para reducir la nocividad del combustible sólido.
Existen otros factores, vinculados al nivel de urbanización[3], que retan la mencionada hipótesis, sobre todo en zonas rurales: densidad poblacional, acceso a combustibles modernos (infraestructura y mercados) y la cosmovisión de la cocina (Occidental vs. Tradicional).
Ante la existencia de un significativo número de hogares sin acceso a una cocción limpia, sobre todo en zonas rurales, es necesario que la intervención del Estado peruano, a través del FISE, continúe y mejore para alcanzar el acceso universal a una cocción limpia al 2030.
Los principales programas que se han implementado a la fecha en el Perú con la finalidad de incrementar el acceso a una cocción limpia pueden agruparse en tres categorías: (A) Subsidio a la demanda de GLP, (B) Entrega de cocinas de GLP y (C) Mejoramiento de cocinas de biomasa.
a. Subsidio a la demanda de GLP
En el marco del Programa de Compensación Social y Promoción de Acceso al GLP, desde julio de 2012 el FISE entrega mensualmente un vale de descuento de S/ 16[1] a los hogares beneficiados para que, exclusivamente, compren un balón de GLP de hasta 10 kg.A octubre de 2019, el padrón de beneficiarios alcanza los más 1.7 millones de hogares. En dicho mes, se emitió más de 818 mil vales y se canjeó el 90%. En seis departamentos se concentra el 50% del padrón de beneficiarios y más de un octavo está ubicados en la región Puno.
b. Entrega de cocinas de GLP
Entre 2010 y 2015, el programa Cocina Perú del Minem antes de su cierre entregó más de medio millón de kits de cocina de GLP. Paralelamente, instaló más de 25 mil cocinas mejoradas de biomasa en el marco de la campaña “Medio millón de cocinas mejoradas, por un Perú sin humo”.
A mitad de 2020, el Minem como el reciente administrador del FISE reinició el otrora programa Cocina Perú, debido a que uno de los requisitos para ser beneficiario del vale de descuento es la tenencia de dicho artefacto. Así, ambos programas del FISE se complementarán.
Entre el 2021 y 2022 se implementará el piloto para adquirir y entregar los kits de cocina de GLP en 4 provincias de Cusco, Apurímac y Arequipa a las cerca de 12,000 viviendas que no contaban con dicho artefacto según el Censo Poblacional 2017.
c. Mejoramiento de cocinas de biomasa
La campaña “Medio millón de cocinas mejoradas, por un Perú sin humo” que se desarrolló en alianza con instituciones peruanas e internacionales[1] alcanzó su objetivo a fines de 2011 gracias en parte a que contó con recursos del canon minero.
Con el D.U. Nº 069-2009 y su modificatoria, se facultó a los gobiernos regionales y locales a utilizar hasta el 2.5% del canon minero para el mejoramiento de viviendas, como la construcción de cocinas mejoradas, de hogares en situación de pobreza.
Con la finalidad de lograr que, en 2030, todos los hogares peruanos cocinen y calienten con tecnologías o combustibles eficientes y limpios[2], se propone las siguientes medidas de política en línea con el 7mo objetivo de los ODS:
1. Añadir un tercer programa para el mejoramiento de cocinas de biomasa en el marco del “Programa de Compensación Social y Promoción de Acceso al GLP” del FISE. Así, el marco se ampliaría a promover el acceso a una cocción limpia sin importar la fuente de energía empleada.
2. Emplear la metodología de Mapa Energético[3] en cada intervención, con énfasis en zonas rurales, para determinar qué programa(s) son aplicables para cerrar la brecha energética de manera eficiente y en el plazo más breve posible.
3. Incluir el siguiente par de fuentes de financiamiento: (1) hasta el 5% del canon minero e hidrocarburífero transferido a gobiernos regionales y locales y (2) bonos de carbono.
4. Implementar el Programa en alianza con instituciones con experiencia como ONG Myclimate, Microsol y GIZ.
5. Implementar un sistema unificado de indicadores de monitoreo y evaluación del Programa. Así, se conocerá permanentemente el avance en términos de acceso a una cocción limpia, reducción de emisiones, presupuesto ejecutado, número de hogares beneficiados, etc.
6. Garantizar la existencia del Programa hasta 2030 independientemente del gobierno de turno en el marco de la Política Energética Nacional del Perú 2010 – 2040.
[1] Uno de los objetivos estratégicos del Acceso Universal a la Energía (“SE4ALL”, abreviación en inglés) propuesta de la ONU en 2011.
[2] También conocido como biomasa. Leña, carbón, bosta, etc. forman parte de esa categoría.
[3] Van Der Kroon, et al. (2013).
[4] Darby (2004); Arnold, et al. (2006); Van Der Kroon, et al. (2013).
[5] Hosier (2004)
[6] Excepcionalmente, para la provincia de La Convención de la región Cusco, se otorga mensualmente un vale de descuento de S/ 32. Mediante el Decreto Supremo Nº 002-2021-EM, se incrementó a S/ 18 mensuales.
[7] Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ)
[8] Uno de los objetivos estratégicos del Acceso Universal a la Energía (“SE4ALL”, abreviación en inglés) propuesto por la ONU en 2011.
[9] FISE (2015). Mapa Energético, herramienta de gestión para el acceso universal a la energía. Disponible en el siguiente link.