Según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la competitividad son los atributos y cualidades de una economía que permiten un uso más eficiente de los factores de producción o, dicho de otro modo, incrementar su productividad, la cual es uno de los principales determinantes del crecimiento económico de largo plazo.
Fuentes: WEF y BCRP. Elaboración: Macroconsult.
El índice de competitividad global (GCI, por sus siglas en inglés) desarrollado por Sala-i-Martin en base a trabajos previos de Porter, Sachs y otros, mide los fundamentos microeconómicos y macroeconómicos de la competitividad nacional. En su última versión metodológica, el GCI está compuesto por 12 pilares que a su vez se agrupan en 4 subgrupos: (i) entorno propicio, (ii) capital humano, (iii) mercados; y (iv) ecosistema de innovación.
En los últimos años, el Perú ha mostrado un estancamiento en el ranking del GCI, en línea con la desaceleración de su crecimiento económico, ocupando la posición 65 de 141 países en 2019. En cuanto a los pilares, en 8 de los 12 el Perú se ubicó por debajo de su ranking general, en particular en el entorno propicio como adopción de TIC (puesto 98), instituciones (puesto 94) e infraestructura (puesto 88). En el caso del pilar institucional, llama la atención los altos puestos en crimen organizado (puesto 132), confianza en los servicios policiales (puesto 131) y carga regulatoria (puesto 128). Asimismo, llama la atención el mejor puesto en salud, el cual no estaría adecuadamente medido debido a las limitaciones de indicadores comparables.
Fuentes: WEF y BCRP. Elaboración: Macroconsult.
De acuerdo con el WEF, el CGI sirve como una guía para orientar a los responsables de política y la sociedad en los aspectos sobre los cuales se deben monitorear y tomar estrategias para lograr sostener las tasas de crecimiento. Sin embargo, se deben tomar con cautela algunos resultados, en particular, en los pilares donde existen limitaciones para hacer comparaciones más precisas.
Fuentes: WEF y BCRP. Elaboración: Macroconsult.
En línea con el enfoque del WEF, en 2019 el gobierno aprobó el Plan Nacional de Competitividad y Productividad (PNCP) que plantea una hoja de ruta de mediano plazo con objetivos y medidas de política para mejorar en los pilares que más nos faltan avanzar en el GCI. Asimismo, se aprobó el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC) para mejorar el seguimiento de avance en el pilar de infraestructura. Es necesario darles seguimiento a esos planes y aumentar su difusión, evitando que se descontinúen con el gobierno entrante.
Alternativamente al enfoque de competitividad del WEF, autores como Hausman, Hidalgo et ál (2011) [1] muestran que el grado de complejidad económica es un mejor predictor del crecimiento económico que otros indicadores como la competitividad. El índice de complejidad económica mide el nivel de diversificación y ubicuidad de la canasta exportadora de cada país. Un país será económicamente más complejo mientras más productos exporte y mientras estos productos sean exportados por menos países.
Fuentes: The Observatory of Economic Complexity y Fondo Monetario Internacional. Elaboración: Macroconsult.
En los últimos años el Perú ha avanzado poco con relación a su diversificación económica y en 2018 se ubicaba en el puesto 94 de 140 países. Este puesto dentro de los países incluso está por encima del alcanzado por el GCI. Nuestra mala posición en el grado de complejidad económica se ha dado a pesar del fuerte incremento de las exportaciones peruanas (4.7% anual en promedio entre 2008-2018) debido a que estas se han dado en pocos productos como son minerales, los cuales representan casi el 60% de la canasta exportadora.
Fuentes: The Observatory of Economic Complexity y Fondo Monetario Internacional. Elaboración: Macroconsult.
Para incrementar la complejidad de la canasta exportadora se deben impulsar políticas que desarrollen sectores donde el Perú puede ser competitivo. Lo anterior debe llevar a un proceso de autodescubrimiento de actividades en los que Perú puede ser bueno. El ejemplo más claro de esto es el caso de las agroexportaciones no tradicionales, las cuales han crecido casi exponencialmente desde hace 20 años. Perú siempre tuvo los factores geográficos y climáticos, a los que se sumaron normas laborales funcionales a la actividad, incentivos tributarios transitorios y grandes obras de irrigación.
Para que se pueda facilitar este proceso de autodescubrimiento, es necesario instalar mesas de diálogo con diversos actores para identificar cuellos de botella que impidan desarrollar nuevas actividades y productos que puedan competir en el mercado mundial. Además, es necesario actualizar el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP) creado en 2014 y darle monitoreo al grado de avance como en el caso del PNCP y el PNIC.
Fuentes: BCRP. Elaboración: Macroconsult.
[1] 1/ Huasman, Ricardo; César Hidalgo; Sebastián Bustos; Michele Coscia; Sarah Chung; Juan Jiménez; Alexander Simoes y Muhammed Yildirim (2011), «The Atlas of Economic Complexity», Cambridge: Puritan Press. Fuente: BCRP y The Observatory of Economic Complexity
One comment
Marco Barboza burgs
marzo 24, 2021 at 8:47 am
Interesante aporte sin embargo sería interesante como medir el progreso competitivo en un tiempo determinado de los empresarios que trabajan en aglomeraciones territorial